Muero Contigo, Vivo Contigo

¿Y entonces?
Entonces, hago una tienda a una esquina de Tu trono.
Y habito bajo tus alas.
Desayunando misericordia fresca.
Doblando mis rodillas en reverencia.
Pues ya no quiero ser aquel que quiere fallar.

Quiero ver el regalo en Tus ojos.
Y el amor como cicatriz en Tus manos.
El abrazo con la herida en el costado.
La danza de los pies marcados.

Hakeen Cuesta

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