¿Qué es más fácil, ser buena persona o ser mala persona?
A menudo las personas suelen abusar de lo cortés
que alguien puede ser, quien se da cuenta de aquello puede cambiar
completamente su carácter hacia la gente dejando de ser gentil a partir de
alguna mala experiencia. Esta es la excusa
ideal para quien ‘’actúa’’ como mala persona o con una actitud poco agradable
hacia la gente. Quisiera exponer mis puntos de vista relacionado a esto y
tratar de llegar a cierto balance.
Algunos piensan que la manera más efectiva de vivir
o sobrevivir es tratar duro a las personas para así nunca ‘‘salir heridos’’,
otros se arriesgan a ser buenos a pesar de los abusivos, malagradecidos y malas
lenguas, y hay quienes se mantienen neutros en el asunto.
Preguntando a cercanos, todos estuvieron de acuerdo
con que el ser buena persona cuesta más, en primer lugar está en correr el riesgo
de ser abusado por la amabilidad, en seguida ser tomado por impostor o que los
demás puedan pensar que buscas ser buena persona por interés, te ganas el
desprecio de aquellos que no aprecian un comportamiento gentil. Pero debemos
considerar que este tiene las mejores consecuencias, ya que es ley que lo que recibes es lo mismo que das.
En el caso de ser mala persona, todos a quienes le
pregunté acordaron con que esto era bien sencillo, solo tienes que ver las normas para romperlas; pero al igual que
ser bueno tiene consecuencias y estas suelen ser peores. Además que una actitud
amable te convierte en persona de buenos y muchos amigos, a pesar de los malos
ratos con personas desagradables, a diferencia de una actitud grosera, que te
hace, en mayoría de los casos, antisocial.
Es cierto que esto llega a ser inherente de cada
persona y de acuerdo a su personalidad y costumbre puede considerar una que la
otra más fácil, puede considerarlas ambas fáciles o ambas difíciles.
En mi punto de vista: el hacerle favores, ayudar a
alguien o no, nunca me ha sido molesto, menos con quien se lo merece. Pero he
aprendido que el ayudar a quien no se lo merece puede cambiar una vida, y
cambiarnos a nosotros mismos. Si el asunto es ser feliz o buscar la felicidad,
en nuestras mentes humanas siempre encontraremos la felicidad en conceptos egocéntricos
y enfocados en nuestros placeres, me atrevo a decir que hasta algunas acciones
altruistas o para ayudar a alguien tiene cierto interés egoísta de complacerse
a uno mismo.
En conclusión, puedo decir que nuestro deber es
ayudar a los demás, sin importar quien sea, como sea, su temperamento o
intenciones. Suena muy fácil, pero no puedo mentirles, nunca seremos lo
suficientemente sensibles a acceder a ayudar a cualquiera sin el impulso de auto
complacernos, pero ahí vamos, nadie es perfecto, y estoy seguro de quien
intenta ser mejor persona le cuesta y combate con sentimientos como egoísmo,
orgullo, frialdad, entre otros. Pero debemos ser balanceados y no dar nuestro
brazo a torcer a cualquiera, y sin importar de las malas experiencias recibidas
por tratar afablemente a alguien, sigamos buscando hacer el bien a todos,
cuando se nos sea posible, pues es el
bien quien vence al mal y no lo contrario.
Ten un gran día,
Hakeen Cuesta
Hakeen Cuesta
.www.hakeencuesta.blogspot.com
Citando al ya desaparecido de este universo (de manera carnal) Bruce Lee: no creas que por ser vegetariano el tigre no te comerá. Tomando esta frase como introito digo: las personas buscan en el favor excesivo su destrucción y la de los otros. Que suple enteramente a sus hijo tiene un tiempo o etapa tope en la vida de sus hijos para interceder, intervenir o resolverles sus problemas, llega un momento en que las intercepciones de la madre ya sea en una pelea o en un problema "de niños" como dicen puede malograr el desarrollo del niño. Trayéndole al punto de cual lo abordaste tú: a veces hacerle favores a las personas daña y nos daña, Los favores cuando se vuelven costumbres y aun peor obligaciones hacen muchísimo daño por eso tomo y reúno todo mi esoterismo al momento de hacer un favor, porque no sé si estoy dañando o me están flagelando.
ResponderBorrarNo es que acostumbremos a los demás a nuestros favores. Sin embargo, amar a todos es un sentimiento que mantiene la salud de nuestras emociones. Ese "amar" es práctica, debemos hacerlo incluso sin sentirnos movidos a ello.
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