Primero

No tuviste que robar ninguna llave.
Soy tan tuyo y me tomaste con cuidado,
tan tuyo y como quiera, acepte todo lo que me ofrecías.
Hacerme libre, de este tenebroso sueño,
haciendo concreto este corazón en pedazos, que palidecía.

Corro con fuerzas, mientras brillas fuertes en estas tinieblas.
Respiro con fuerzas, mientras alimentas mi alma.
Sé que no buscas otro poema más o unas cartas.
Pero no sé cómo decir: Este pequeño, te ama.

Y aun así pones tus ojos macroscópicos,
en una criatura microscópica.
Regalándote a ti mismo, para llamarme hijo.
¿Puede un pecador pedir más?


No me dejes correr de espacio, quiero verte brillar.
Ni que desciendan mis latidos, me muero de hambre de ti.
Sé que no sé cantar ni buscas eso, pero,
no quiero callarme desde que te escuche decir: te amo, primero.

Hakeen Cuesta

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