Enfermo
Así de repente, de un día para otro me enfermé. Eso
fue el pasado fin de semana, me vino una fiebre de madrugada, oh cuanto odio
sentirme enfermo: Dolor en todo tu cuerpo, no tener la capacidad de realizar lo
que haces comúnmente, la sed sobrenatural, y los mareos al caminar; te quitan
las ganas de hacer cualquier cosa.
Creo que eso fue lo que me paso, que deje todo,
llene mi lista de post por hacer,
deje tareas para última hora, deje los quehaceres, lecturas, metas de la
semana, todo en absoluto por cómo me sentí por algunas horas. Y así fue que nació
este post, como una piedra en el
zapato, el ruidoso pensamiento: Dejaré de hacer todo porque perdí los ánimos
por momento desfavorable.
Y esto nos pasa a todos, con el gimnasio, con los
sueños, con las prácticas de piano, hasta con los hobbies. No importa a que le
dediquemos tiempo, cuando llega el momento difícil, nos olvidamos de todo eso y
nos ponemos vagos, llenamos nuestra lista de cosas por hacer pero no terminamos
la siguiente porque algo momentáneo nos quitó las ganas de continuar, pero no
podemos perdonarnos la vida si dejamos eso a la mitad. Aunque lo dejamos.
Y no avanzaremos nada hasta que eso nos haga presión
del tiempo (como la tarea que tuve que hacerla de todos modos), porque se nos
hace más fácil estirar pies y brazos y esperar que un impulso nos lleve a
realizar una acción, quedamos totalmente estáticos esperando que algo nos mueva
cuando en realidad esto nos toca a nosotros. No podemos morir a algo en un instantáneo,
no dice nada de nosotros ni de lo que una vez intentamos decir al comenzar el
gym, las clases de piano, o el escribir un blog.
Ten un gran día y Dios te bendiga.
Hakeen Cuesta
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