Los Noventas
Si en tu memoria hay un recuerdo de como tu madre
se iba a trabajar y te dejaba frente al televisor, en el cual durabas todo el
día sin ningún otro tipo de estímulo, seguro que fuiste afectado por la cultura
pop de los 90’s.
En el 1981 llega la televisión por cable a
Republica Dominicana, para el 2008 yo soy uno de los pocos con el privilegio de
tener en casa, y me lleno de nostalgia al recordar caricaturas que tienen parte
en lo que soy hoy en día.
Tengo un buen amigo, por cierto, uno con los cuales
compartí tardes de ocio viendo buena TV en mis cortos años de edad, este
muchacho estudia psicología y se prepara para su tesis o trabajo de
investigación un proyecto relacionado en como la TV de antaño nos hizo ‘’buenos
muchachos’’ a diferencia a la TV actual. Antes los programas, caricaturas o
cualquier programación en la caja de los sueños, estaba llena
de virtudes como la lealtad, amistad, valentía, unidad, hermandad y otras
tantas bondades que si nos ponemos a enumerar ahora no terminaríamos. Claro que
en la infancia no todo debe o debería ser el televisor, pero admitamos lo que
nos enseñó esta época y las personas en las que nos convirtió.
Casi puedo diferenciar las personas con las que
comparto esto en común, su manera de actuar, de pensar, de hablar. Sé que no
debo todo a mi crianza e influencia de esta cultura en mi vida, pero estoy muy
agradecido de poder a ver recibido tanto de ella. Mi amigo me mostró con unos
datos de aquella época, los cuales si contamos ahora se extendería un poco el
post; que esta generación (90’s-2000’s) que recibieron de esta cultura,
efectivamente son más emprendedoras, competitiva, es más apta, asertiva,
perceptiva y menos susceptible, por el hecho de consumir tres culturas
diferentes (Americana, Dominicana y Japonesa).
Me atrevo a decir que el deseo que tengo por
encontrar el amor de mi vida, formar una familia nuclear, el afán por cumplir
mis sueños, la fidelidad a mis amistades, inclusive la manera poética y
romántica de como veo las cosas, se la debo a la influencia adquirida en la TV
de esta época y pretendo un día, educar a mis hijos de esta manera ‘’inusual’’,
pero provechosa.
Ten un gran día y Dios te bendiga.
Vaya, das muy buen crédito a los efectos de aquella cultura. Yo me pasaba todo el día frente a la TV, sin reír, sin exteriorizar nada, paralizado a centímetros de la pantalla. Luego actuaría como algunos personajes. Siempre todo en la TV fue para mi representación e historia, el único efecto que con seguridad le puedo atribuir sobre mí es el amor por el cine y la simulación.
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