¡A cantar!

¿Qué hacemos cuando estamos tristes? ¿Cuándo no podemos contenernos de la alegría? ¿Cuándo buscamos inspiración? ¿O simplemente no tenemos ganas de hacer nada? No sé tú, pero yo suelo cantar.

Hoy les hablaré de lo que solo unos pocos queridos míos saben: canto. Anoche pensaba en que beneficios pudiera tener ese acto tan relajante y liberador que es cantar. Y en seguida me puse a investigar. Resulta que los especialistas recomiendan cantar pues funciona como terapia. Entre los muchísimos beneficios estos me parecieron muy interesantes:

·  Alivia el corazón.
·  Masajea los intestinos. (Si, suena tan raro como sorprendente.)
·  Favorece la circulación.
·  Mejora la concentración y la memoria.
·  Proporciona tranquilidad.
·  Cura el estrés contemporáneo.

Al parecer esto es un tipo de medicamento bastante efectivo y divertido. En mi caso, yo canto, la mayoría de las veces no procuro que nadie me vea o escuche hacerlo; pero puedo dar testimonio de lo bien que me siento después. Nadie puede negar del alivio que se experimenta después de cantar. Es como exponer tu cuerpo y alma a toda una terapia.

Pero, ¿Qué cantar? Yo te recomiendo que pienses y cantes todo lo que sea agradable y merezca ser honrado, que al cantarlo no te redarguya la conciencia. En ocasiones, más cuando estamos tristes, vamos a canciones que en vez de animarnos y alegrarnos, no entristecen más. No creo que ahí llegue a ser nada que nos beneficie, ni tampoco debería ser cierto tipo de música que no nos enriquezca para nada.

Debemos de cantar canciones, valga la redundancia; que nos levanten, que nos hagan sentir con vida. Yo prefiero cualquier canción inspirada en Cristo y para Él, y si me hace bailar, mucho mejor. Cualquier expresión del arte o actividad en la que podríamos demostrar nuestros dones es un gran remedio para momento difíciles, recreación productiva en momentos de ocio y una manera de mostrar cuan felices estamos.
Cuando estés triste,
o simplemente muy alegre para contenerlo.
O estés atrapado por el estrés común.
Respira y déjalo salir. ¡A cantar!


Ten un gran día y Dios te bendiga
Hakeen Cuesta

Comentarios

  1. Vaya, interesante post. ¿Sabes?, también canto(o lo intento), en casa ya no me importa que me escuchen. Tengo que cantar, me cuesta escuchar las canciones en silencio. No sabía de los muchos beneficios de hacerlo, aunque sin duda la música dispone el ánimo de diversas maneras.

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