Alma Lominera
Brillan
partículas de polvo, que se notan por la luz que entra por los agujeros en el
techo.
El olor del
acero oxidado del zinc, y del champú en mi pelo, Jesús me escucha más allá del
techo.
Los hoyos en
mis jeans, ojos que dejaron de ser blanco pero no pierden el brillo, solo
quisieron combinar con mi piel quemada, bajo el sol por un camino maltrecho.
Quitarme el poloche, abrir las ventanas, sacar una silla al frente,
escuchar el sonido ensordecedor de Los Mina. El vecino maldecir, con una mano
contar los vehículos que pasan por aquí, me siento en el cielo, barro las hojas
con los pies, limpiar mi mejor pal de tenis para ir a la esquina.
¿Habrá sido la Tv por Cable? Estas ganas de dejar casa para extrañarla mas
tarde, pagar una renta lejos de aquí, bien lejos de aquí, trabajar bien
pendejo, casarme y tener hijos, verlos crecer lejos de humo y la calle, no sé,
me gusta la idea. Te recomiendo que nunca crezca lejos del arte, porque sin
inspiración no hay objetivos y estas creciendo en ninguna parte.
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