Bola 8
Salí a jugar un poco de billar (también pool o bola 8) con amigos, este juego considerado deporte se
puede definir de una manera necia que consiste en entrar las bolas en los
agujeros de la mesa de billar. Lo cual depende de precisión, cierta destreza e
inteligencia, he aquí donde las clases de
geometría toman sentido. Por más bolas que logres entrar, si no haces que
la bola
negra entre en el agujero que debe entrar has perdido todo tu tiempo y
esfuerzo, y pasaste de ser un ganador a un perdedor en tan sólo un tiro.
Éste es el párrafo donde el redactor del blog te
hace una metáfora sobre la vida con un evento de ésta: La vida es como el
billar, no ganas por entrar todas las bolas, sino en entrar la última en el
lugar correcto. A veces nos esforzamos tanto en hacer todo bien y hacer que
todos nuestros asuntos entren en los agujeros que no olvidamos del fin por el
que lo hacemos y trabajemos por ello, no consiste en ver cómo desparecen todas
las adversidades, sino en dar en el clavo en el momento indicado.
Nuestro plan, si es que tenemos alguno; siempre
lleva etapas (las primeras 7 bolas) pero nuestro enfoque está en la bola 8, y
en lo que tenemos que enfrentarnos para tener la oportunidad echarle mano. No
importa que tan difícil se nos haga tronar las primeras. En mi caso hubo un
momento donde pase la mayor parte del juego intentando entrar la bola 8 en el
agujero.
El hecho de que te vaya bien en todo el camino no
vale nada si cuando llegas a la meta olvidas porque corres, y como una vez
escuche: si no juegas para ganar, ¿para qué juegas?; eso implica para todo,
estudios, deportes, relaciones, cosas personales. Traza tus golpes antes de
jugar, con precisión e inteligencia en cada tiro pero no olvides que el último
golpe debe sincronizar la dirección y el sentido de tu meta, no detrás de un
golpe más, sino de tras de ganar por lo que has jugado.
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