Alma Lominera II

El sudor en mi piel, si hace falta caminaré, no son nada, siempre nos queda todo cerca,  mira la bodega de la esquina que me fía, también. El olor al recalentar el café, el odio que escucha mis pasos, doblar la esquina y pensar, soy yo o Rolando Laserie, recito Las Cuarentas mientras llevo la harina frita de la empanada a mi boca.

Doblar mi cadera para llevar un beso a la mejilla arrugada de mi abuela, con su blusa manchada de cloro. Doña no lo haga más difícil con todo esto no creo que la vaya olvidar esta claro. Salgo temprano, bajo su bendición, antes de llegar a otra calle aun te escucho hablar.

Esta ya es otra calle, me huele a marihuana, espero que no quede en mi ropa; me deprime como llenan la calle de pavimento de grama. Como crecen entre nada que los haga crecer, besan el aire con nada dejando escapar lo que dejan dentro. Aun se mueven pero los veo en coma.

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